Frases como: “Que no te enteras”, “Vete a arbitrar a tu
casa”, “Estás cegato o qué”, “Niño que estás dormido, espabila”, u otros
insultos que prefiero no citar son frases, procedentes de los padres, que
podemos escuchar desde las gradas los fines de semana en los partidos
infantiles / juveniles de fútbol, básquet, balonmano u otros
deportes.
La mayoría de nosotros apuntamos a nuestros hijos a hacer
deporte para que se diviertan, se relacionen y porque es sano que hagan
ejercicio. Pero todos esos motivos distan mucho de la realidad que se puede
palpar desde las gradas. Podemos ver discusiones entre padres que se faltan al
respeto, o gritos a entrenadores y árbitros. Por no hablar de las humillaciones
a sus propios hijos gritándoles lo que tienen que hacer o incitándoles a ser
agresivos con el contrario.
Sin embargo, cuando nuestros hijos contestan al
entrenador o al árbitro, les decimos que se tienen que comportar. ¿Nos
comportamos nosotros? Con actitudes como esas los valores que estamos
transmitiendo son la falta de respeto, el egocentrismo, el anticompañerismo, la
agresividad y la frustración.
Los padres debemos recordar que no somos los entrenadores
de nuestros hijos, que para eso ya pagamos a un profesional que lo hace.
Nuestra función es motivarlos y apoyarlos, ganen o pierdan. Si estas actitudes
de desacreditación de autoridad las extrapolamos a otros ámbitos como el
educativo, criaremos hijos sin respeto hacia nadie: ni a entrenadores, ni a
árbitros, ni a profesores... y, como consecuencia, ni a nosotros: los padres.
“Si quieres un ganador en casa entrénate, pero deja que tu hijo se
divierta”.— Nuria Castellanos Crespo.
Fuente CARTAS AL DIRECTOR Padres
entrenadores en las gradas
NURIA CASTELLANOS CRESPO Sant
Feliú de Llobregat, Barcelona 14 ABR 2014 - 00:00CET
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