Aquí os dejamos a Natalia consiguiendo la medalla de plata en los mundiales de pista cubierta.
No tiene sonido pero merece la pena.
¿DÓNDE JUGAMOS?
XXXV CROSS DE LEGANÉS
PARQUE POLVORANCA DE LEGANÉS
DOMINGO 19 DE ENERO DE 2020 - 13:00 HORAS
Aquí os dejamos a Natalia consiguiendo la medalla de plata en los mundiales de pista cubierta.
No tiene sonido pero merece la pena.
El nacimiento de Guadalupe devolvió a Natalia Rodríguez a la élite. Ayer se metió en la final de 1.500
«Olvidar eso no se olvida», dice Natalia Rodríguez. «Eso» es ser descalificada después de haber ganado el oro en los 1.500 del Mundial al aire libre por un empujón a la etíope Burka. Fue una campeona sin medalla. «Fue un accidente, cosas que pueden suceder en carrera. Hay que asumir lo que pasó y seguir adelante», recuerda ahora la tarraconense. Siete meses después, vuelve a una gran competición, al Mundial «pequeño», en pista cubierta, que se celebra en Doha, para buscar un éxito que esta vez venga acompañado de premio. De momento, ayer se metió en la final sin apuros, como los otros españoles que aspiran a tocar metal en Qatar: Ruth Beitia (altura) y Sergio Sánchez y Jesús España (3.000).
«Por mi parte no hay nada pendiente. La saludaré», afirma Natalia de Burka. «Por la suya no sé...», añade. Ayer no coincidieron en su semifinal, pero mañana sí lo harán en la final. «Estoy para luchar por las medallas, para ganar ya veremos», reconoce la española.
A punto de cumplir 31 años, Natalia Rodríguez tiene una pequeña arma secreta, de sólo dos años: es su hija Guadalupe, una nueva motivación para correr. Ser madre en 2007 la despertó del letargo. «Tantos años en el atletismo... Tienes altibajos, me tocó esa época y necesitaba un cambio en mi vida», asegura la mediofondista. Ser madre fue ese cambio, pese a las dificultades. «Estoy en régimen especial de autónomos y cuando fui a pedir la baja no tenía ninguna prestación. Te sientes un poco sola, pero lo tenía muy claro», sostiene.
Dos meses después del nacimiento de Guadalupe ya había recuperado su peso. Preparó los Juegos de Pekín 2008 con algún problema con las lesiones y fue sexta. El año pasado llegó el incidente con Burka en el Mundial. Está dispuesta a seguir evolucionando. «Me encuentro al mismo nivel físico que antes, pero mentalmente mucho mejor. Ya no me entran dudas».
¿Por qué?: «Ser madre supone una responsabilidad muy grande, hay que mentalizarse de que hay una criaturita a la que tienes que alimentar... A veces pienso en ella cuando corro». El carácter también lo tiene forjado en un barrio obrero «que te obliga a defender lo tuyo». «Sin carácter no haces nada», resume. Con ese espíritu y con Guadalupe, mañana irá a por el oro.