¿ DÓNDE JUGAMOS ?

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XXXV CROSS DE LEGANÉS

PARQUE POLVORANCA DE LEGANÉS

DOMINGO 19 DE ENERO DE 2020 - 13:00 HORAS


lunes, 1 de marzo de 2010

UMEBOSHI, CIRUELAS FERMENTAS CON SAL

Las Umeboshi son unos de los productos más característicos de Japón. Su uso se remonta a unos 1300 años, en que llegaron de la China. El fruto (la Umé) es una variedad de albaricoque, aunque comunmente se le considera una ciruela. La Umé es sometida a un proceso de fermentación con sal y hojas de "shiso" que dura varios meses, incrementando su contenido de ácido cítrico, uno de sus elementos fundamentales en sus efectos saludables.
La Umé destaca por su elevado contenido de proteínas, grasas y minerales, que son dos o tres veces superiores a las naranjas y otras frutas. Calcio, hierro y fósforo son tan abundantes en la Umé, que ésta destaca por encima de muchas frutas.
El ciclo de ácido cítrico es fundamental en nuestro cuerpo para superar la fatiga. Durante la asimilación de nutrientes (proteínas, hidratos de carbono, grasas y vitaminas), se originan las llamadas sustancias fisiológicas de la fatiga: ácido láctico, pirodextrosa o glucosa. Si el cuerpo no funciona adecuadamente, estas sustancias de la fatiga no son eliminadas suficientemente, lo cual origina la acidificación de la sangre, con la consiguiente fatiga.
El ácido cítrico separa el ácido láctico en ácido carbónico y agua, que son eliminados fácilmente. Por esta razón, la ingestión diaria de una Umeboshi, que contiene mucho ácido cítrico, ayuda a superar la fatiga y retarda el envejecimiento.
Los atletas suelen tomar limón para absorber ácido cítrico y eliminar el ácido láctico que se origina con el esfuerzo físico. El ácido cítrico de la Umé es de superior calidad y existe en mayor proporción que en el limón.
Las embarazadas ansían alimentos ácidos por las mismas razones que los atletas. Asimismo, precisan calcio para la buena formación del feto, y el ácido cítrico incrementa la absorción del calcio.
Igualmente, el ácido cítrico estimula la función hepática, especialmente para eliminar las toxinas del cuerpo.
Se observó que los bacilos de la disentería, puestos en contacto con la Umeboshi, disminuían en un tercio a los tres minutos, y quedaban destruídos totalmente a los cinco minutos.
El estreñimiento y la diarrea son síntomas opuestos, pero se presentan cuando el intestino no funciona correctamente. La Umeboshi y el Umebol, colaboran a una mejor función intestinal.
Sus propiedades terapéuticas son bien conocidas: descongestionan el hígado y la vesícula biliar, ayudan a superar el estreñimiento, resuelven digestiones pesadas, cortan diarreas (sobretodo tomadas con Kuzu) y , en general, restablecen el equilibrio entre los distintos órganos del cuerpo. Hígado, riñones y pulmones descargan depósitos de mucosidades y de ácido láctico, evitándose la proliferación de infecciones bacteriológicas.
En síntesis, lo ácido de la Umeboshi neutraliza el exceso de yang (carne, sal, proteínas), mientras que la sal neutraliza un estado demasiado ácido (yin), originado por excesos de azúcar, cereales refinados y productos lácteos.
Por supuesto, no hay que lavar las Umeboshi a pesar de la sal que contienen. Ácido y salado se equilibran entre sí y, por ello, resultan muy efectivos para calmar la sed.
Las hojas de shiso son excelentes también para cualquier afección estomacal o intestinal. Se comen directamente o se hierven con el arroz o las verduras.
Las Umeboshi se toman directamente en ayunas o, sobre todo, durante las comidas, masticándolas lentamente, desmenuzándolas y mezcladas con el arroz o las verduras, etc. Su jugo (tras dejarlas en remojo con una cierta cantidad de agua, durante algunas horas) es una excelente salsa para cereales y verduras.
Si tomamos té Bancha o Kukicha en el que haya estado en remojo una Umeboshi durante unos minutos, lograremos alcalinizar rápidamente nuestro organismo, alcanzando una agradable sensación de bienestar superando un cansancio ocasional.

Fuente: el libro de MIMASA

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