6 ideas para esculpir tu vida
El renacentista italiano Miguel Ángel afirmó tras concluir su imponente escultura: “El David estaba dentro de ese bloque, yo tan sólo quité lo que sobraba”.
Respondía así a unos admiradores que conocían bien que esa maravilla había sido tallada partiendo de una única, estrecha y deteriorada pieza de mármol.
Fue a base de trabajo, cincel, mazo, lima, paciencia y genialidad… como un enorme pedrusco descubrió ser un David.
Nuestras vidas son ese bloque de mármol que, debidamente labrado, puede también ofrecer su mejor versión.
La talla de nuestra roca no es de un único artista: son múltiples escultorestrabajando sucesiva o simultáneamente:
Nos moldea la familia, el maestro, los amigos y compañeros, los que no lo son… la convivencia; también las circunstancias a las que nos enfrentamos, los ambientes en los que nos movemos, el ejercicio de un trabajo, los fracasos, las pérdidas, las ausencias, los éxitos… nos moldea la vida. Y, desde luego, nos moldea nuestra propia determinación, la toma de decisiones, el temple…nos moldea nuestra actitud, nosotros mismos.
Y vamos tomando forma tendiendo a un resultado final.
Más de uno caerá en la tentación -no lo hagas- de juzgarse negativamente: “Menudo pedrusco soy. ¡Como para que salga un David!”.
El mármol que cinceló Miguel Ángel Buonarroti era un bloque dañado, con cavidades, con imperfecciones. Otros artistas lo habían manejado previamente, sin éxito, y quedó apartado durante decenios con fracturas, grietas y partes a medio trabajar. Hasta que un joven de veintiséis años se propuso tallarlo y crear una obra maestra. Lo hizo.
Permíteme alguna reflexión sobre el hecho de esculpir el bloque de nuestra vida:
1. Ten la ambición de sacar de ti el mejor “tú”. Si quieres, lo puedes lograr. Aunque habrá que echarle paciencia, cariño, trabajo y… arte.
2. No desperdicies tu tiempo, tu vida, no te abandones: aunque no siempre veas su sentido final, lo tiene. Como lo tuvo ese bloque de mármol deteriorado que, gracias a un joven artista italiano, hoy maravilla al mundo.
3. Conócete y déjate conocer: es esencial para irte “esculpiendo” bien. Hay que controlar las características, las potencialidades, los puntos débiles…
4. Utiliza las herramientas adecuadas: el cincel, el mazo, la lima pueden “doler”,pero sin ellos no hay transformación, no hay escultura, no es posible sacar al David del bloque.
5. La vida te dará golpes, nos pasa a todos: intenta aprovecharlos para modelarte; no dejes que dañen el resultado final.
6. En la vida -como en el bloque de mármol- hay que perder para ganar, hay que darse. Quítate lo que sobra.
Nunca olvides en tu actuar que el mayor sentido del David es ser para los demás. ¿De qué sirve una talla que nadie disfruta?
Si alguien retoma las tentaciones, tan humanas, podría insistir: “¡Qué más quisiera yo que ser un bloque de mármol… incluso con defectos!”
No te infravalores. Quizás te sea difícil aceptar que eres mármol de Carrara. Yo no lo soy. Aunque seguro que tienes madera… Y ya sabes lo que decía Rimbaud, el poeta francés:
“¿Y si un trozo de madera descubre que es un violín?”
Artículo extraído íntegramente del blog Dame tres minutos https://dametresminutos.wordpress.com/