LAS BEBIDAS ENERGÉTICAS ALTERAN LA FUNCIÓN CARDÍACA
Estos
productos aumentan la potencia contráctil del órgano, según un estudio
"No
sabemos si ello afecta a la actividad diaria o las facultades deportivas",
indican sus autores
Jaime Prats Valencia 2 DIC 2013 - 13:44 CET27
Las denominadas bebidas energéticas –aquellas que
suelen combinar la actividad estimulante de la cafeína y la taurina- alteran la
función del corazón al intensificar la potencia de las contracciones. Esta es
la conclusión a la que han llegado investigadores alemanes de la Universidad de
Bonn en un trabajo que acaban de presentar en la Sociedad Radiológica de
Norteamérica (RSNA en sus siglas en inglés).
Para el estudio, se analizó el impacto que tenía en la
función cardíaca el consumo de este producto a corto plazo. Para ello se
seleccionaron 18 voluntarios sanos, 15 hombres y 3 mujeres de una edad media de
27 años y medio. Cada uno de ellos se sometió a un estudio de resonancia
magnética cardíaca antes y una hora después de beber un envase de bebida
energética con taurina (100 miligramos por 100 mililitros) y cafeína (32 mg.
por 100 ml.).
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Comparadas unas y otras imágenes, el estudio
radiológico posterior muestra un “aumento significativo de los picos de tensión
y mayores picos de tasas de tensión sistólica (mediciones de la contractilidad)
en el ventrículo izquierdo”, el que recibe la sangre rica en oxígeno de los
pulmones y la bombea a la aorta, que la reparte por todo el cuerpo. Es decir:
mayor potencia en las contracciones del corazón.
¿Qué implicaciones tienen este resultado? “No sabemos
exactamente cómo o si este incremento de la contractilidad del corazón tiene
algún impacto en las actividades diarias o en el rendimiento deportivo”,
explica el radiólogo de la unidad de imagen cardiovascular de la Universidad de
Bonn Jonas Dörner, uno de los autores del estudio. En todo caso, a raíz de las
conclusiones obtenidas, los investigadores lanzaron la recomendación de evitar
el consumo de estas sustancias a menores o personas con problemas cardíacos
como arritmias, y plantearon la necesidad de profundizar las investigaciones,
no solo para entender cómo se desencadena este mecanismo en la función del
corazón, sino para determinar cuánto tiempo duran los efectos de la bebida.
El trabajo no encontró diferencias significativas en
otras variables, como la frecuencia cardíaca, la presión arterial o la cantidad
de sangre expulsada por el ventrículo izquierdo; a pesar de que el consumo de
bebidas con altas tasas de cafeína sí se asocia, al menos, con los dos primeros
efectos secundarios descritos o con palpitaciones.
Para el presidente de la Sociedad
Española de Cardiología no tiene demasiado sentido que junto a la
contractilidad no se haya visto incrementada la frecuencia cardíaca.
Para José Ramón González-Juanatey, presidente de la
Sociedad Española de Cardiología, no tiene demasiado sentido que junto a la
contractilidad no se haya visto incrementada la frecuencia cardíaca entre las
personas sometidas al estudio. "Los estimulantes analizados actúan sobre
los mismos receptores cardíacos responsables tanto de la facultad contráctil
como de acelerar el ritmo cardiaco, por lo que debería de ser un efecto
conjunto", apunta. Además, comenta que cuanto mayor sea la potencia
contráctil, mayor riesgo habrá de desarrollar una arritmia. Una posibilidad que
crece, avisa, si se combina la cafeína y la taurina con el alcohol.
Estudios previos, como uno difundido el pasado mes de enero por el Gobierno de Estados
Unidos, alertaba de que el número de personas que han acudido a
urgencias por consumir bebidas energéticas se ha duplicado en cuatro
años. "Desde 2007 hasta 2011, las visitas al médico de urgencias por
esta causa aumentaron de 10.000 a 20.000 y en la mayoría de los casos los
pacientes eran adolescentes y jóvenes adultos", según explica el informe
elaborado por la Administración de Servicios de Salud Mental estadounidense,
que no precisaba los síntomas que presentaron las personas atendidas.