Crónica del Cross de Lasarte 2013, por Diana Martín
Muchos los llaman la Catedral del
cross, donde los mejores atletas de campo a través han inscrito su nombre
durante décadas. Es el Cross de Lasarte o de San Sebastián que desde pequeña
guardaba en mí memoria y que siempre lo he recordado como el cross del
Hipódromo.
La expectativa por ver el
circuito en mi debut era grande aunque a pocos minutos del calentamiento mi
interés se centraba en saber cómo estaba el terreno para elegir entre clavos de
9 o de 12 milímetros. Pero cuando subí a lo alto de la grada entendí la
grandeza de esté cross. Sin duda una recompensa a los 10 euros que se cobraba
en la entrada. Una visión espléndida de la totalidad del circuito. La emoción y
el espectáculo de una carrera de caballos era comparable a la que iba a sentir
el numeroso público congregado en las gradas, pues aunque se cambian jinetes y
caballos por atletas, el objetivo es el mismo: ganar.
Una costumbre perdida se recuperó
en este cross: la presentación de atletas. Además de las tres atletas africanas
(entre ellas, Asefa, medalla de bronce en la olimpiada en 3000 metros
obstáculos y Chemos, 4ª en dicha prueba) también tomaron salida la atleta
portuguesa finalista en obstáculos en Londres (donde yo me quedé en
semifinales) y dos atletas destacadas nacionales, Lidia Rodríguez y Estela
Navascues. Me pareció interesante, ayuda a refrescar al público el palmarés de
los atletas y es como decirles: “hagan sus apuestas“, la suerte estaba echada…
Desde el principio me situé cerca
de la cabeza de carrera con el objetivo de convencerme a mí misma de que las
africanas no son invencibles y de que un circuito pesado y embarrado era una
oportunidad para luchar por un pódium. Aunque la portuguesa, dio la cara en los
primeros compases, el peso de la carrera lo llevó la etíope Asefa durante las 3
primeras vueltas.
Entonces llegó mi error de
cálculo que fue tomado como un acto de valentía por el público que no cesaba de
animar y vitorear. Pensaba que quedaba una vuelta cuando en realidad quedaban
dos. Así pues, decidí tirar descolgando a dos africanas y siguiéndome sólo la
favorita Asefa. Al paso por meta, oí al speaker cantar la última vuelta y tuve
un bajón más psíquico que físico teniendo que aflojar el ritmo y dejar que
Asefa galopara en solitario e incluso me alcanzó la keniana Chemos. Pero en ese
momento tocaba sufrir y no lamentarme de mi error. Tenía en mis piernas la
posibilidad de aguantar el ritmo dignamente sin que me alcanzara la tercera de
las africanas. Lo conseguí, entré en tercer lugar, lo que supone mí el cuarto pódium
de la temporada y el poder decir que he debutado en el cross de Lasarte a lo
grande