Se aprende haciendo
Roger Schank, investigador en la teoría del
aprendizaje y las ciencias cognitivas
Tengo 66 años. Nací y vivo en Nueva York a medias con
Miami. Licenciado en Matemáticas y doctorado en Lingüística. Casado, tengo 2
hijos y 4 nietos. La mayoría de gobiernos no saben lo que están haciendo en el
tema educativo, y educación y empleo van muy ligados.
Qué
comprendió investigando la inteligencia artificial?
Para que las máquinas fueran inteligentes debía enseñarles a aprender, y para
ello tuve que investigar cómo aprenden las personas.
¿Y qué
averiguó?
Que
absolutamente todo lo que aprendemos se basa en la práctica y que, por tanto,
nos educan mal. El sistema educativo, en lugar de formar, deforma.
Trascendente
conclusión.
¿Usted
aprendió periodismo en la facultad o ejerciéndolo?… Año tras año los profesores
enseñan aquello que leyeron y memorizaron pero que no han puesto en práctica,
todo es teoría.
No sea
radical.
¡Es que hay que transformar radicalmente el sistema educativo! Dígame quién ha
sido tradicionalmente la responsable de la educación… La religión. Y la postura
de todas las religiones es: “Nosotros estamos en posesión de la verdad y vamos
a transmitiros el conocimiento”. Y ese es el concepto opuesto a lo que debería
ser la educación.
Aquí las
escuelas laicas son mayoría.
Pero
utilizan el mismo modelo. Todos nosotros hemos estudiado álgebra, ¿alguien me
puede decir la ecuación cuadrática?
Yo no.
¡Pero si la
ha estudiado! Ese es el modelo estúpido: Todo el mundo debe aprender algo que
luego no pone jamás en práctica. Estamos enseñando las materias equivocadas con
la metodología equivocada.
¿Cómo
debería enseñarse?
Nadie nos sentó en un aula para que aprendiéramos a hablar. Hablamos, y cuando
nos equivocamos, nuestros padres nos corrigen. Y no hay ningún niño de dos años
que no haya hecho este experimento.
¡Cuidado que
va a romper el vaso!
De eso se
trata. Los seres humanos debemos equivocarnos y aprender de nuestros errores a
partir de la experiencia, y tener un objetivo claro que nos motive.
Me ha
empapado el pantalón.
… Por esta
razón se nos deben plantear escenarios reales en los que experimentar,
equivocarnos y analizar posteriormente nuestros errores, con tal de conseguir
interiorizar y solidificar nuestros conocimientos y prepararnos para la vida
real. Otro experimento que todos hemos llevado a cabo…
No por
favor.
La pataleta, que en algún momento de nuestra vida adulta dejamos de hacer.
¿Quién?
Ja, ja, ja…
Si hay adultos que todavía tienen rabietas es porque a los dos años no
aprendieron lo que tocaba. Se aprende a través de la práctica. No sirve el
“esto no se hace”.
Educación
experiencial.
La educación
debería estar enfocada a ayudarte a vivir una vida mejor. ¿En qué clase le
enseñaron a ser una buena madre?
Usted hace
preguntas trampa.
Lo que
necesitamos es conocimiento práctico de por qué suceden las cosas con las que
nos enfrentamos cada día de nuestras vidas.
¿Cómo
enseñar eso en las aulas?
Las escuelas
deberían ser eliminadas, para empezar están controladas por los gobiernos y su
pretensión no es que salgan de ellas personas inteligentes que piensen por sí
mismas, sino simples y obedientes, que no se hagan preguntas y que produzcan.
¿Y entonces?
Cuando mi
hija me hizo esta misma pregunta le propuse montar una escuela con otros padres
de chicos de seis años (doce niños con un profesor) y creé para ellos un
programa en el que les enseñamos a ser ingenieros. Y no hay suspensos
frustrantes porque aprenden equivocándose. Así se aprende, ¿o no?
Sí, y es
mejor no frustrarse.
A los niños
de esa edad les gusta construir, así que construyen puentes, trenes… Tienen que
poner en marcha una fábrica de chocolate con todo lo que implica…
Pero no
todos los niños saben lo que quieren ser en la vida.
Hay que
observarles y preguntarles. Si a un niño le gusta subirse a los árboles,
probablemente le gustará ver cómo funciona una granja y a partir de ahí le podemos
introducir en temas agrícolas. Debemos hacer de su afición su profesión.
Suena
utópico.
Hoy la
escuela parte del concepto opuesto: Todos los niños son iguales y todos deben
aprender lo mismo. Mi idea de la educación son clases superreducidas, de unos cinco
alumnos, con un profesor que está ahí para alentarles y ayudarles a seguir el
proceso formativo especificado en el programa on line basado exclusivamente en
la metodología del aprender haciendo.
¿Y los
ciclos superiores?
Cuando ya
son más mayores no necesitan aulas, todo es vía internet.
Pero en la
escuela ya se les expone a distintos temas: música, arte, ciencias… y luego
eligen.
Esa es
precisamente la línea argumental que se ha cargado el sistema educativo. En
lugar de exponerles a profesores tenemos que exponerles a la vida, y esta les
sugerirá sus materias de interés.
Internet no
es la vida.
El cambio es
cómo se enseña, no los instrumentos. Yo presento diferentes programas, según el
interés del niño, que les exponen a situaciones reales y les damos una
metodología para resolverlos. Un interés es un activo que es muy triste perder.