Antonio Alix | 15/12/2010
Dado que de los galgos de moda ya hay tanta gente hablando y escribiendo (algunos con menos idea de atletismo que yo de física nuclear), yo lo voy a hacer de lo que tan pomposamente en el Consejo Superior de Deportes llaman Tolerancia Cero, ese concepto del que van sacando pecho pero yo equipararía a las multas por mal aparcamiento. Porque una retirada de licencia temporal y con reducción si confiesas no es suficiente, a la vista está.
Mi tolerancia cero (yo ya llevo años abogando por ella y estos días mucha gente me da la razón) significa que el primer positivo, si es deliberado y con sustancia del mercado negro, signifique sanción para siempre; que ese galgo no pueda volver a competir federado en ningún deporte, ni ser entrenador, representante y que los medios de comunicación no cuenten con él para dar opinión. Que además tenga que devolver el dinero de becas, contratos marcas y premios de esa temporada (para haber más retroactividad tendría que confesar desde cuando lleva dopándose sin ser pillado, cosa que dudo que alguno hiciese). Y que, dado que esa sustancia la ha conseguido en el mercado negro, que sea considerado delito y que tenga que responder por ello ante la justicia. Y ya entonces que haya una mayor o menor pena si confiesa y colabora; me refiero a pena como la de cualquier otro delincuente, porque la perpetua como deportista federado no debe tener reducción. No quiero decir que a los que están actualmente sancionados o a punto de serlo se les amplíe la sanción (aunque no voy a negar que me gustaría no volver a ver compitiendo a Paquillo Fernández o a José Luis Blanco) sino que se ponga una fecha a partir de la cual los controles positivos tengan esa sanción.
Veremos entonces si hay tanto galgo haciendo trampas. Sí, sí, trampas, no errores, que ya está bien de "pobre chaval, ha cometido un error". Ni pobre ni error, sino rico y ladrón, ya que con su trampa ha ganado un dinero -y una gloria- que han dejado de ganar otros que han quedado tras él sin doparse.
Artículo extraido de http://www.as.com/opinion/articulo/tolerancia-cero-sancion-perpetua/20101215dasdaiopi_15/Tes
Mi tolerancia cero (yo ya llevo años abogando por ella y estos días mucha gente me da la razón) significa que el primer positivo, si es deliberado y con sustancia del mercado negro, signifique sanción para siempre; que ese galgo no pueda volver a competir federado en ningún deporte, ni ser entrenador, representante y que los medios de comunicación no cuenten con él para dar opinión. Que además tenga que devolver el dinero de becas, contratos marcas y premios de esa temporada (para haber más retroactividad tendría que confesar desde cuando lleva dopándose sin ser pillado, cosa que dudo que alguno hiciese). Y que, dado que esa sustancia la ha conseguido en el mercado negro, que sea considerado delito y que tenga que responder por ello ante la justicia. Y ya entonces que haya una mayor o menor pena si confiesa y colabora; me refiero a pena como la de cualquier otro delincuente, porque la perpetua como deportista federado no debe tener reducción. No quiero decir que a los que están actualmente sancionados o a punto de serlo se les amplíe la sanción (aunque no voy a negar que me gustaría no volver a ver compitiendo a Paquillo Fernández o a José Luis Blanco) sino que se ponga una fecha a partir de la cual los controles positivos tengan esa sanción.
Veremos entonces si hay tanto galgo haciendo trampas. Sí, sí, trampas, no errores, que ya está bien de "pobre chaval, ha cometido un error". Ni pobre ni error, sino rico y ladrón, ya que con su trampa ha ganado un dinero -y una gloria- que han dejado de ganar otros que han quedado tras él sin doparse.
Artículo extraido de http://www.as.com/opinion/articulo/tolerancia-cero-sancion-perpetua/20101215dasdaiopi_15/Tes