Artículo extraído íntegramente del COFIDENCIAL
Diana Martín: diez años y mil sacrificios para ganar una medalla con 33 años
De las seis medallas conseguidas por los atletas españoles en elCampeonato de Europa de Atletismo, el bronce de Diana Martín (Madrid, 1981) quizá sea la que mejor sabor de boca haya dejado. La mostoleña, toda una vida dedicada al atletismo, consiguió su mayor éxito deportivo cuando otros atletas ya están pensando en su retirada. La suya ha sido una carrera de fondo que dio sus resultados el pasado domingo en el Estadio Letzigrund. "Hay gente que tiene la suerte o el talento y les llega un éxito como este con 20 años. Yo con 25 años debuté en un Campeonato de Europa y tuve sensaciones de que la prueba podría darme magníficos resultados", explica aEl Confidencial nada más llegar a Madrid.
"Año tras año ha habido muchas lesiones y yo he sido siempre muy propensa a lesionarme. Pero he tenido una progresión casi impecable: unos segundos, un puesto mejor en cada campeonato ... Y al final, el que la sigue la consigue.Es también un premio a la constancia y a la perseverancia. Cada uno tiene su edad, pero hay que seguir", comenta la obstaculista, que entrena a las órdenes de Antonio Serrano. No hay dudas de que en Zúrich la siguió: se puso en cabeza de la final en varias ocasiones y aceleró el ritmo para llevar la prueba a donde quería, "una carrera rápida". "Cuando me pasaron, me dije, 'Aquí, Diana, muévete y no te despegues'. Y luego otra vez volví a pasar... Así son las carreras. Todo el mundo toma decisiones y no todos las tomamos en el mismo segundo. Es lo bonito", cuenta.
Una atleta de campeonatos
Sólo la sueca Charlotta Fougberg (segunda) y la alemana Antje Mölner-Schmidt (primera) la superaron, pero tuvieron que dar el máximo. "Si me ganan, que sea porque corran más que yo", comenta. El 9:30.70 que le valió el bronce es su mejor marca personal en la distancia. No es la primera vez que mejora sus tiempos en la gran compretición: lo hizo en el Mundial de Berlín 2009 o en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, por ejemplo. "Soy una persona que extrapola muy bien todos los entrenamientos", explica la corredora española, "una vez que has hecho eso varias veces, tienes la confianza de que te va a salir. Yo sé que puedo hacer frente a la final aunque tenga una carrera encima".
Diana Martín (der.) en el podio de Zúrich (EFE)
"Hay que creérselo, es que en el deporte la confianza es muy importante. Y sabiendo encima que a veces compito en el extranjero, por mi país, encima me crezco más. Compito siempre mejor. Te lo tienes que creer. Evidentemente sabía que corría el riesgo de pinchar y a lo mejor no acabar ni entre las ocho primeras, pero es un riesgo que hay que correr, y estaba dispuesta", afirma a atleta, que se metió por segundo año consecutivo en la final de un gran campeonato.
Desde que debutara en competiciones internacionales en el Campeonato del Mundo de Cross del 2005, con 23 años, Diana Martín no ha parado de competir. Pero la competición es la parte visible de un sacrificio mucho más profundo que muchas veces no devuelve el resultado esperado. En su caso, hasta el 2012, el atletismo convivió con los estudios: es diplomada en Terapia Ocupacional, diplomada en Empresariales y licenciada en Economía, pasión que heredó de su madre Trinidad. El sacrificio incluye "el descanso, las comidas, todos los caprichos que no te puedes dar, todas las veces que no puedes quedar con tus amigos ni descuidarte con unas patatas o con una cena. Y eso es día tras día, año tras año. Es lo más difícil", confiesa.
Sentirse "plena" corriendo
Por eso, la medalla de Zúrich es una liberación, una manera de darle sentido a todos los años de trabajo silencioso y resultados discretos. "Hay mucho trabajo de entrenamiento, evidentemente, mucho sufrimiento. Pero entrenar es lo que mejor llevo. Disfruto corriendo, me gusta mucho, y aunque sufra, es mi trabajo y es a lo que me dedico", reafirma Diana Martín, que reconoce que el atletismo le está haciendo perder "muchos años de experiencia laboral".
Diana Martín saltando la ría durante la final (EFE)
Su situación no es una excepción en el atletismo español, que no atraviesa su mejor momento. La crisis dejó al desnudo las deficientes estructuras de un deporte sin los recursos de otros. Por eso, Diana Martín se muestra reivindicativa tras la "sensacional" actuación en Zúrich. "Un tercio del equipo español se ha venido a casa con un diploma. Tenemos gente en España a la que, si se me permite decirlo, no se le puede exigir una actuación de profesional porque no lo pueden ser, no pueden ser profesionales porque no hay recursos para serlo. Y aun así, el rendimiento ha sido muy bueno. Mi admiración para todos mis compañeros", expresa.
A su bronce hay que sumar los de Indira Terreros y Ángel Mullera,
la plata de Borja Vivas y los oros de Miguel Ángel López y Ruth Beitia, "una crack con un talento y una calidad impresionantes", afirma sin dudar la atleta madrileña. "Llega a cada campeonato con la misma ilusión que cuando tenía 20 años. La cabeza manda mucho", añade. La cabeza de Diana ya la ocupan los pensamientos sobre Río de Janeiro:
"Ya estoy pensando en los Juegos Olímpicos". Antes llegará el Europeo de cross el próximo mes de diciembre. "Pero sin duda alguna mi objetivo a largo plazo es llegar a los Juegos Olímpicos y estar en la final", aclara.
En Brasil se presentará con 35 años y tras 12 al máximo nivel, pero cuando alguien se siente tan bien haciendo lo que le gusta, no hay objetivos lejanos. "Me cuesta ahora mismo pensar en mi vida sin el atletismo, sin el deporte de alto nivel, sin estas competiciones. Soy consciente de que todo esto tiene un plazo. Ojalá en unos años pueda sentirme igual de plena en un trabajo fuera del atletismo de alto nivel, porque quiero seguir corriendo, si pudiera, toda mi vida", dice.