jueves, 9 de junio de 2016

POR UN DEPORTE LIMPIO, FIRMA Y ÚNETE A LA CAMPAÑA DE JESÚS ESPAÑA

GRACIAS, a la derecha tenéis el enlace para poder FIRMAR. 

Soy Jesús España, atleta olímpico y campeón de Europa de 5.000 metros. Junto a un grupo de atletas, he creado esta petición para que se sepa toda la verdad sobre el dopaje en España.
La Operación Puerto (2006) fue la primera operación llevada a cabo por las fuerzas de seguridad del estado destapando un trama de dopaje en el deporte español e internacional. A día de hoy supone la mayor trama de dopaje sanguíneo descubierta a nivel mundial.
Con esta petición solicitamos a las autoridades judiciales de la Audiencia Provincial de Madrid que permitan el traslado de las evidencias a las Organizaciones Antidopaje. Esta es la única manera de poder utilizar todas las pruebas incautadas y que la verdad de los hechos no sean destruidos: más de 200 bolsas de sangre, medicamentos y sustancias prohibidas, documentación de planificación de dopaje etc.
Es necesario que la sociedad española y los deportistas españoles conozcan la verdad y se pueda preservar la integridad del deporte español. Los deportistas limpios merecemos un respeto y los aficionados merecen no ser engañados ni estafados.
Llevo más de 15 años haciendo atletismo de alto nivel y no hay mayor orgullo que el saber que los éxitos que he conseguido han sido frutos de la superación, del esfuerzo y del respeto hacia todos, sin engaños.

Os invito a que os unáis a esta campaña por un deporte limpio, por luchar contra la estafa y la corrupción en el deporte y porque los aficionados españoles puedan seguir viviendo momentos emocionantes gracias el éxito real de los grandes deportistas españoles. Si no se destapa la verdad de la Operación Puerto seguiremos siendo cuestionados. 

2 comentarios:

  1. Acabo de firmar esta petición y la he puesto en un blog en el que colaboro: http://perrosflautadelmundo.blogspot.com.es/
    Se publica mañana 14.

    He entrado para daros las letras de los textos leídos este sábado pasado, 11 de junio. Así:

    - Las Palabras, de Pablo Neruda. Libro: Confieso que he vivido.
    "…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen… Vocablos amados… Brillan como perlas de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras… Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto… Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola… Todo está en la palabra… Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció. Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas… Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… Que buen idioma el mío, que buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… Éstos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron las palabras."

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  2. abía todo en un comentario. Aquí va la otra:

    - Un Loro, un Moro, un Mico y un Sr de Puerto Rico

    Un señor de Puerto Rico
    colgó en su balcón un loro
    de rica pluma y buen pico,
    un loro que era un tesoro
    y a su amo costó un pico.

    Un vecino suyo, moro
    de Tetuán recibió un mico.
    Y a este mico, lo ató el moro
    en su balcón ante el loro,
    que así quedó frente al mico.

    Tanto y tanto charla el loro,
    que un día se enfada el mico,
    y con la furia de un toro
    lo embiste; se esconde el loro,
    rompe la cadena el mico,

    salta a la jaula del loro,
    sale el loro, pica al mico,
    chilla el mico, grita el loro.
    Se asoman, al ruido, el moro
    y el señor de Puerto Rico.

    “¿Por qué no encierra a su loro?”
    “¿Por qué no ata bien su mico?”
    -exclaman los dos, a coro.
    Y uno le echa mano al loro
    y el otro tira del mico.

    Cae el mico sobre el loro,
    el loro le clava el pico,
    los dientes rechina el mico
    y, asustado, muerde al loro
    y al señor de Puerto Rico.

    Éste reniega del loro
    y jura matar al mico,
    mientras furibundo, el moro,
    provoca al amo del loro
    y embiste al loro y al mico.

    Hacia arriba vuela el loro,
    se escurre hacia abajo el mico,
    y, faltando al decoro,
    caen, agarrados, el moro
    y el señor de Puerto Rico.

    “¡Ay, moro, si pierdo al loro!”,
    exclama el de Puerto Rico,
    y airado replica el moro:
    “¡Pagará caro tu loro,
    cristiano, si pierdo el mico!”

    Les imita arriba, el loro,
    muecas hace, abajo, el mico,
    y no se sabe si el moro
    es quien habla, o si es el loro,
    o el señor de Puerto Rico.

    Crece el trajín: vuela el loro,
    y va a caer sobre el mico…
    Furioso el de Puerto Rico
    viendo en peligro su loro
    quiere ahora matar al mico.

    Le da un empujón al moro,
    le dispara un tiro al mico,
    yerra el tiro y mata al loro;
    se desmaya, ríe el moro,
    y corre en busca del mico.

    Risueño regresa el moro
    con el loro y con el mico:
    riendo del de Puerto Rico
    le envía, muerto, al loro
    y una carta con el mico.

    Dice: “Seis onzas de oro
    por atentar contra el mico
    a un cristiano reclama un moro;
    guarde disecado el loro…
    pero págueme ese pico”.

    Viendo esto el amo del loro
    se lanza furioso al mico;
    mata al mico, mata al moro…
    Muertos moro, mico y loro
    se embarca y… ¡a Puerto Rico!

    Anónimo

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