Hola a tod@s, Inés nos propone el siguiente artículo de Eva del Amo y Redacción Aprendemas publicado el 05/06/2014 en http://www.aprendemas.com/Noticias/html/N14176_F05062014.html
La llegada de los exámenes
finales afecta a toda la familia. El esfuerzo lo hacen los estudiantes, pero
sus padres también pueden ayudarles a superar con éxito las pruebas más
importantes del año.
DECÁLOGO DE CONSEJOS PARA PADRES CON HIJOS EN PLENOS EXÁMENES
La llegada de los exámenes
finales afecta a toda la familia. El esfuerzo lo hacen los estudiantes, pero
sus padres también pueden ayudarles a superar con éxito las pruebas más
importantes del año.
Niños o adolescentes irascibles,
dificultades para conciliar el sueño, molestias estomacales, grandes ojeras,
nervios, llantos, repentinos cambios de humor… En muchos hogares españoles
estos síntomas son fácilmente reconocibles cuando llegan los exámenes finales.
Y es que, enfrentarse a ellos no es fácil, ya que son las pruebas que deciden
si el verano se disfrutará sin ninguna asignatura pendiente o toca dedicar parte
de las vacaciones a estudiar para la convocatoria de septiembre.
Independientemente del carácter
del niño o joven, el hecho de que tenga exámenes afecta, en realidad, a toda la
familia, y en muchas ocasiones los padres se muestra impotentes, ya que no
saben muy bien cómo ayudar a sus hijos. Seguir los consejos de los expertos
ayuda a enfocar este periodo con serenidad.
Propiciar un clima de tranquilidad
Los niños o adolescentes muy
exigentes consigo mismos sienten mucha presión en esta época de exámenes
finales. En estos casos, es fundamental que el estudiante respire un clima de
tranquilidad en casa, que le aporte la confianza necesaria para afrontar las
pruebas sin nerviosismo. No es recomendable marcarle una nota mínima a
alcanzar, ni que establezca comparaciones con otros estudiantes, ya que puede
incrementar su estrés.
Hablar con los hijos
Si los hijos se ponen muy
nerviosos en época de exámenes conviene hablar con ellos para recordarles que
lo más importante es el esfuerzo y el trabajo que han mantenido a lo largo del
curso, haciéndoles comprender que una nota más baja de lo esperado o un suspenso
es tan solo la oportunidad para mejorar. Los hijos necesitan en estos días una
dosis extra de ánimo. Elogiarles por su actitud y su esfuerzo, y premiarles con
un beso o un abrazo nunca está de más.
Reforzar su confianza
Cuando los hijos entran en un
ciclo de pensamientos negativos, tipo “voy a suspender”, “seguro que me quedo
en blanco”, “el examen será muy difícil”, hay que intentar poner fin a este
bucle, recordando técnicas de relajación, como respirar profundamente. También
es muy útil hacer un recordatorio de situaciones similares que se saldaron con
éxito. Si le falta confianza, hay que intentar transmitírsela con frases
siempre en positivo.
Establecer pautas de estudio
Si los hijos no se organiza bien,
se recomienda ayudarles a efectuar un calendario de tiempo de estudio y
descanso, o bien un organigrama de qué asignaturas debe repasar y cuánto tiempo
dedicará a cada una de ellas. El simple hecho de sentarse a pensar con ellos
hará que se organicen mejor y tengan claro cuáles son las metas a conseguir.
Proponer momentos de descanso
En época de exámenes, descansar
es tan necesario como estudiar. Teniendo en cuenta que la concentración
disminuye tras dos horas de estudio, hay que establecer pequeños descansos, o
planear alguna actividad o deporte al aire libre que les permita desconectar de
las asignaturas. Hay que procurar que duerma entre siete y ocho horas diarias
para que esté descansado.
Cuidar su alimentación
Para que rinda mejor, los hijos
deben mantener una dieta equilibrada en época de exámenes. Una opción es
invitarles a que desayunen bien y no se salten comidas. Hacerle su batido o
zumo preferido es una excelente forma de coger vitaminas y estar hidratado
mientras está estudiando. Si es algo más mayor, es bueno aconsejarle que no
abuse de bebidas excitantes o medicamentos, que pueden provocar justo los
efectos contrarios a lo esperado.
Respetar su tiempo de estudio
Una habitación bien ventilada,
con luz natural y sin elementos de distracción es perfecta para el estudio. Se
aconseja ayudar a su hijo a conseguir un ambiente adecuado. Hay que procurar
que en casa no haya demasiado ruido durante el estudio. Estos días no son los
más apropiados para hacer una reforma, celebrar un cumpleaños con la familia o
traer un cachorro a casa. “Es fundamental eliminar de la vista y de los oídos
lo que perturbe, preparar el material necesario y tenerlo ordenado antes de
empezar a estudiar, fraccionar las tareas con periodos de descanso y si el niño
se cansa de una actividad sustituirla por otra, pero nunca por tiempos
inferiores a treinta minutos”, afirma Rosa Serrate, responsable del Gabinete de
Psicología y Pedagogía que lleva su nombre.
Sin sermones, ni castigos
Si, por el contrario, observa en
su hijo una cierta pasividad, es bueno animarle a estudiar de una manera
empática y asertiva, es decir, comunicándole la necesidad de un último esfuerzo
de una manera sin gritar o hacer comentarios hirientes. No le ayudarán nada los
sermones, los insultos, los castigos físicos, las sanciones desmesuradas,
ridiculizar o amenazarle.
Hablar con su tutor
Ante cualquier duda en este
último tramo del curso, se aconseja acudir a su tutor o al profesor de aquella
asignatura que le preocupa y comentarle sus miedos, dudas e inquietudes. Es una
de las personas que mejor puede orientarle sobre qué procesos pueden ayudar más
a los hijos estos días. No hay que pensar que ya es demasiado tarde o que ya no
vale de nada hacer un último esfuerzo.
Ser paciente
El comportamiento irascible de
los hijos, las constantes peleas con sus hermanos o sus repentinas crisis de llano
pueden tener como causa el estrés que le suponen los exámenes. No apruebe
comportamientos inadecuados, pero si no sobrepasan un límite tolerable trate de
no darles demasiada importancia.
Rosa Martínez, madre de Berta,
una adolescente de 15 años en plenos exámenes, resume la situación al afirmar
que “después de muchos años de vivir el mismo proceso, lo mejor es saber que en
unos días, y curiosamente coincidiendo con el fin de los exámenes, volveremos a
bajar de la montaña rusa de emociones que suponen estos días y todo volverá a
la normalidad. Con el tiempo aprendes a desarrollar grandes dosis de paciencia
y la verdad es que es el ingrediente que mejor funciona”.
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