10 de septiembre de 2013.- El
chef Jamie Oliver justo ha ganado una batalla en contra de la cadena más grande
de comida chatarra que existe en el mundo. Una vez que Oliver demostró cómo se
hacen las hamburguesas, McDonald’s, la franquiciadora anunció que cambiará la
receta.
De acuerdo a Oliver, las partes
grasosas de la carne se “lavan” con hidróxido de amoníaco y luego se usan en la
confección de la ‘torta’ de carne para rellenar la hamburguesa. Antes de este
proceso, de acuerdo con el presentador, ya esa carne no era apta para consumo
humano.
Oliver, chef activista radical,
quién ha asumido una Guerra contra la industria de alimentos, dice: estamos
hablando de carnes que hubieran sido vendidas como alimento para perros y
después de este proceso se les sirve a seres humanos. Aparte de la calidad de
la carne, el hidróxido de amonio es dañino para la salud. Oliver le dice a
esto: “El Proceso de la Porquería Rosa”.
¿Qué ser humano en su sano juicio
pondría un trozo de carne remojada en hidróxido de amonio en la boca de un
niño?
En otra de sus iniciativas Oliver
demostró cómo se hacen los nuggets de pollo: Después de seleccionar las
‘mejores partes’, el resto: grasa, pellejos, cartílagos, vísceras, huesos,
cabeza, patas, son sometidos a un licuado –separación mecánica- es el eufemismo
que usan los ingenieros en alimentos, y después esa pasta rosada por la sangre,
es desodorada, decolorada, reodorizada y repintada, capeadas en melcocha
farinácea y frita, esto es rehervido en aceites generalmente parcialmente
hidrogenados, esto es, tóxicos.
En USA, Burger King y Taco Bell
ya abandonaron el uso de amonio en sus productos. La industria de alimentos usa
el hidróxido amonio como un agente anti-microbiano, lo que le ha permitido a
McDonald’s usar en sus hamburguesas carne, de entrada no apta para consumo
humano.
Pero aún más molesta es la
situación que estas sustancias basadas en hidróxido amonio sean consideradas
‘componentes legítimos en procedimientos de producción’ en la industria de
alimentos con las bendiciones de las autoridades de salud en todo el mundo. Así
los consumidores nunca se podrán enterar de qué químicos ponen en nuestra
comida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario