viernes, 30 de marzo de 2012

CADA ALIMENTO, A SU TIEMPO


Hasta hace poco los nutricionistas solo consideraban el valor intrínseco del alimento sin tener en cuenta a qué hora del día se consumía; sin embargo, recientes investigaciones han desvelado que sus efectos saludables o perniciosos para el organismo están supeditados a nuestro reloj biológico.


Así lo ha explicado en una entrevista con Efe la doctora María del Carmen Barriga, pionera en la realización de estudios sobre Crononutrición, con los que ha demostrado que los mismos alimentos tomados por la mañana o por la tarde-noche son "metabolizados y utilizados de forma diferente por el organismo".

Esto se debe, según esta profesora del departamento de Neuroinmunofisiología y Crononutrición de la Universidad de Extremadura, a que la composición de los distintos nutrientes es el sustrato para la formación de hormonas y neurotransmisores. De este modo, los alimentos ricos en triptófano, un aminoácido esencial base de la melatonina, que es la hormona responsable de marcar los procesos fisiológicos de la noche, serían los más adecuados para las últimas horas del día.

Por el contrario, las comidas con tirosina y fenilalanina se encargan de dar lugar a la síntesis de las catecolaminas, responsables de mantener a la persona en alerta durante el día. Productos repletos de nutrientes capaces de influir en el sueño y en la vigilia son, por ejemplo, los lácteos, cereales, frutos secos y frutas como los plátanos y las cerezas.

"Algunos estudios realizados en nuestro laboratorio han puesto de manifiesto que pacientes que tomaron 200 gramos de cerezas en la comida y en la cena mejoraron su calidad de sueño, incrementaron sus niveles de serotonina y melatonina, su capacidad antioxidante y el bueno humor", ha puntualizado.

Por la noche, además del descanso del organismo se produce la reparación y regeneración tisular y se activa la respuesta inmune. Por eso la investigadora aconseja tomar pescado, especialmente el azul, dada su carga de Omega 3 y Omega 6.

En cuanto a lo que se debe comer durante el día para tener "puestas las pilas", Barriga ha calificado de gran verdad el refrán de "desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo" del que tan poco caso hacen los españoles.

Lo mejor para el desayuno es la vitamina C, que puede aportar un buen zumo de naranja o el kiwi, y es el momento para la ingesta de lípidos, huevos, embutidos y carne porque son precursores de las catecolaminas, que favorecen la actividad física.

"La cronobiología nos enseña que las funciones fisiológicas tienen ritmos biológicos y que los mismos deben de estar en armonía con nuestro entorno cambiante día/luz y noche/oscuridad", ha argumentado. Si, por ejemplo, se desayuna de forma frugal un café y una galleta y se cena grandes cantidades de carne "estamos llevando a cabo acciones diferentes a las que el cuerpo espera por sus ciclos naturales, alterando nuestro equilibrio interno y descontrolando nuestra homeostasia", ha matizado.

Este hecho, ha advertido la nutricionista, conlleva la aparición de enfermedades como la obesidad, la hipertensión o la diabetes, y el 'gran elenco' de las patologías derivadas de un mal descanso. "Nada envejece más que la falta de sueño", ha sentenciado. Barriga ha insistido en que "tanto el alimento como la hora en la que éste se consume pueden influir en la regulación de nuestro marcapasos endógeno, el hipotálamo".

La experta ha basado sus hipótesis en un "patrón perfecto de crononutrición: la leche materna", al estudiar sus variaciones nutricionales circadianas para favorecer el desarrollo del bebé. Así, los análisis de la leche materna recogidos a lo largo de 24 horas desvelan cómo se eleva la carga de determinadas sustancias en función de la vigilia y el sueño, "abriendo puertas sobre cómo debe ser una dieta óptima a lo largo de la vida".

A partir de estos datos, el laboratorio liderado por la doctora ha llevado a cabo diversos ensayos clínicos con bebés que tomaban leches artificiales, enriqueciéndolas con estos compuestos, y en niños y personas mayores, en este caso, con cereales. Los resultados corroboraron un incremento en sus niveles de serotonina, melatonina, capacidad antioxidante y una mayor calidad y cantidad del sueño nocturno.

"Hemos observado además cómo a través de la ingesta de cereales enriquecidos en triptófano se puede influir en la actividad diurna y en el sueño nocturno en niños con problemas neurológicos como autismo, hiperactividad y parálisis cerebral", ha concluido.

FUENTE | Agencia EFE        26/03/2012

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