lunes, 18 de julio de 2011

ALTERNATIVA NATURAL A LAS BEBIDAS ISOTÓNICAS, EL AGUA DE COCO


Considerada por su composición nutricional como el «líquido de la vida», el agua de coco ha dejado de ser un alimento típico de la zona del Caribe, para convertirse en un producto que cada vez está tomando más presencia en todo el mundo. El coco actúa como un filtrador natural del agua y, para llegar allí, el líquido asciende a través de innumerables fibras que purifican el agua dando como resultado una bebida natural rica en vitaminas y minerales.

Al poseer un perfil electrolítico casi idéntico al cuerpo humano –potasio, calcio, sodio, magnesio y fósforo–, no es de extrañar que su ingesta esté especialmente recomendada para los deportistas. De hecho, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) lo recomienda como una alternativa natural a las bebidas deportivas procesadas.
Para José María López, investigador médico y naturópata, «al tener una elevada cantidad de magnesio es capaz de romper los espasmos musculares, también conocidos como calambres por lo que supone una buena opción frente a las bebidas isotónicas. Además, posee muy pocas calorías». En 2009, la Federación Española de Medicina del Deporte (Femede) publicó un documento de consenso sobre bebidas para el deportista en el que se indica la composición idónea de este tipo de bebidas para compensar las pérdidas derivadas después de un esfuerzo. Según Purificación González, profesora de Bromatología de la Universidad CEU San Pablo, «la composición de minerales del agua de coco puede reponer los electrolitos que el cuerpo humano excreta a través del proceso de transpiración, como el sodio, potasio, magnesio y calcio, de ahí que esta bebida puede servir como una solución de rehidratación eficaz, sobre todo después de la realización de actividad física». Por su carácter refrescante, resulta una buena opción «para vencer la sed y para favorecer un buen estado de hidratación, sobre todo durante la época estival», advierte Ylenia López Llata, dietista-nutricionista de Sprim (Salud, Prevención, Investigación e Información Médica).

NUTRIENTES ESENCIALES
El secreto de su riqueza nutricional radica en su composición ya que, «contiene agua, un 94 por ciento, así como una gran variedad de minerales, esenciales para el funcionamiento normal del cuerpo humano entre los que se encuentra el magnesio (30 miligramos por cada cien gramos) y potasio (312 miligramos por cada cien gramos)», recuerda González. Asimismo, es rica en vitaminas, «sobre todo del grupo B, los folatos y enzimas, aminoácidos y sustancias fitohormonales. Además, alberga una moderada cantidad de azúcares simples, lo que determina su escaso aporte calórico, 20 calorías por cada cien mililitros», matiza López. Aunque el coco esté considerado como una de las frutas con un elevado aporte energético, el agua que contiene apenas aporta calorías. «Posee un tipo de grasa de cadena media, lo que hace que el hígado lo metabolice fácilmente y, por tanto, no va a trabajar demasiado. Además, no tiene colesterol», advierte el doctor López.

Al ser un producto cien por cien vegetal, posee numerosos oligoelementos, beneficiosos para la salud. La presencia de citocininas, hormonas vegetales, «según estudios científicos presentan un efecto protector frente al envejecimiento, los procesos trombóticos y de degeneración oxidativa. Respecto a su composición en enzimas naturales bioactivos, contiene fosfatasa ácida, catalasa, diastasa y peroxidasa, entre otras, las cuales, participan en los procesos metabólicos del organismo y en la digestión», explica López. Y añade que «aunque no posee una elevada cantidad de proteínas, presenta un porcentaje elevado de algunos aminoácidos esenciales». A diferencia de otros alimentos, el agua de coco no presenta contraindicaciones porque, frente a su fruto, «al ser moderada en azúcares, poco energética, pero rica en micronutrientes, es recomendable para niños, adultos y ancianos».
Autor:   Beatriz Muñoz

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