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viernes, 18 de noviembre de 2016

miércoles, 2 de noviembre de 2016

SOBREPESO INFANTIL

"Si se mantiene la prevalencia de sobrepeso infantil, nuestros niños vivirán menos que sus padres y abuelos"
Entrevista a Rosaura Leis, gastroenteróloga y experta en nutrición pediátrica.

FUENTE | ABC Periódico Electrónico
02/11/2016

¿Ser dueño de una buena genética blinda frente a los malos hábitos? Parece que no. El estilo de vida influye y mucho. En España, país de la dieta mediterránea y atlántica, casi la mitad de la población infantil sufre exceso de peso, una circunstancia que compromete la salud actual y futura de las nuevas generaciones. ¿Dejará España de ser campeona en esperanza de vida? La doctora Rosaura Leis, coordinadora de la unidad de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Hospital Clínico de Santiago (CHUS), profesora titular de Pediatría de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y líder del grupo de investigacion en nutrición pediátrica del Instituto de Investigacón Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS), responde a ABC con motivo de la XVII Reunión de la Sociedad Española de Nutrición (SEÑ), cuyo comité organizador preside, y que bajo el lema Impacto en la Salud de los Estilos de Vida. Abordaje integral del niño al anciano, se celebra esta semana en Santiago de Compostela.

1.- Casi la mitad de los niños españoles sufren sobrepeso. ¿Qué estamos haciendo mal?

Nuestra sociedad es obesogénica y nuestros niños son el reflejo. Comemos mal, no hacemos actividad física y no controlamos la alimentacion de nuestros niños. Hacemos menos comidas en familia y cuando lo hacemos, las elecciones no siempre son saludables. Estamos perdiendo adherencia a nuestras dietas saludables, tanto la mediterránea como la atlántica, y optanto por la occidentalizada. Además, el tiempo de ocio es pasivo, pegados a las pantallas, sin compañía de adultos y con la despensa llena de alimentos que anuncia la publicidad de esas pantallas, y no siempre son saludables. Estamos abandonando la tutela de la alimentacion de nuestros hijos. Eligen lo que comen a edades cada vez más tempranas e incluso lo que compramos.

2.- ¿Qué alimentos les damos a nuestros hijos a diario pensando que son buenos y en realidad su consumo debería ser muy esporádico?

Damos alimentos pensando que no son hipercalóricos. Por ejemplo, a veces los padres con las bebidas azucaradas interpretan que le están dando un producto de frutas con vitaminas y minerales y no se fijan tanto en el importante valor calórico. Y los sucedáneos de fruta no equivalen a una de las tres piezas que deben comer al día. El primer año de vida está bastante bien controlado. Los padres siguen el consejo nutricional... hasta que el niño se empieza a sentar a la mesa. La edad de riesgo comienza ahí cuando empiezan a consumir una dieta parecida a la de sus padres. El vegetal que toman es la patata frita porque nosotros no los consumimos. La única conducta paterna que no supone riesgo es la autoridad responsable, que no es más que el ejemplo. Comer con ellos y hacer actividad física con ellos. Aparte de informar hay que enseñar hábitos. La infancia es el momento de actuar. Empezando con la alimentación de la embarazada, que influye en la microbiota del feto, y la lactancia materna, que va a condicionar los hábitos del niño.

3.- España está entre los países con mayor esperanza de vida. El actual sobrepeso infantil ¿pone esto en peligro la longevidad de nuestros niños?

La grasa corporal es un órgano metabólicamente activo que da lugar a diversas patologías. En España, y en concreto en Galicia, la longevidad de los abuelos tiene su origen en la dieta atlántica, la actividad física y que vivieron el momento de la mejora del sistema sanitario. De seguir los datos de prevalencia de obesidad y sobrepeso infantil, probablemente nuestros niños vivan menos que sus padres y abuelos y con peor calidad de vida. Nuestros padres y abuelos no tenían colesterol alto, hipertension y depósitos de grasa en el hígado durante su infancia. Son patologías que antes se daban en edad adulta y ahora, con el aumento de la adiposidad, en la pediátrica.

4.- ¿Hasta qué punto influye el estilo de vida en nuestra salud frente a la genética?

La obesidad es el resultado entre genes y ambiente. Una buena genética en un mal ambiente supone un riesgo importante de patología. Y una mala genética con buen ambiente, no desarolla esa patología. El ambiente favorece la expresión de determinados genes.

5.- Durante años la grasa fue señalada como factor de riesgo cardiovascular, sobrepeso, etc. Ahora que los dedos apuntan al azúcar. ¿Se merece la grasa saturada un indulto?

La grasa saturada no debe superar el 10% del aporte calórico diario.

6.- El azúcar está en la diana como culpable de la epidemia de obesidad y la lucha se centra en los refrescos, pero qué otros alimentos azucarados deberíamos evitar

Las bebidas azucaradas forman parte del vértice de la pirámide, al igual que la bollería industrial y otros líquidos azucarados. Si se consumen, debe ser esporádicamente y en pequeñas cantidades. El problema es que el consumo de estas bebidas era grande en los niños, hasta el punto de sustituir a otros dos líquidos que sí son recomendables: el agua y la leche.

7.- Pero ahora hay una moda que demoniza la leche y la presenta como prescindible en nuestra dieta

La leche es fundamental para la alimentación del niño y del adulto. Es el principal aporte de calcio en la dieta del niño. La gran mayoría de los niños con mala absorción a la lactosa toleran cantidades habituales de consumo, el yogur y el queso. Antes de retirar un alimento tan importante hay que consultar con el médico. La lactosa es el azúcar de la leche y es un nutriente fundamental para las células intestinales. Cuando tenemos una gastroenteritirs aguda, parece que mantener pequeñas cantidades de lactosa ayuda a la recuperación intestinal.