¿ DÓNDE JUGAMOS ?

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XXXV CROSS DE LEGANÉS

PARQUE POLVORANCA DE LEGANÉS

DOMINGO 19 DE ENERO DE 2020 - 13:00 HORAS


lunes, 30 de septiembre de 2013

CON 17 AÑOS, ALEJANDRO FERNANDEZ, DEJÓ EL DEPORTE TRAS GANAR TODO DE NIÑO

Su perfil en la Federación Internacional de Atletismo no miente. La huella de Alejandro Fernández (Ourense, 1985) desapareció tras una temporada 2002-2003 mágica. Nadie sabe qué pasó por la cabeza del llamado heredero del fondo gallego para tomar una decisión que marcaría su vida.

"Creo que fue el típico problema de un chaval que triunfa demasiado joven, que gana todo de pequeño", recuerda. Eran tiempos en los que sus títulos nacionales de cross, de pista cubierta y al aire libre se acumulaban en una vitrina que sólo conocía el sabor de la victoria. Hasta que Fernández salió al extranjero.

Fue en un Mundial júnior de cross. Allí se dio cuenta definitivamente de que su mente no estaba preparada para perder. "No asimilaba la derrota, las expectativas eras altísimas y cuando salía de España siempre había gente mejor que yo; es ley de vida", explica. "En aquel Campeonato, lejos de la cabeza de carrera, me adelantó un atleta azerbaiyano descalzo. En ese momento supe que dejaría el deporte". 

Una década de lucha
Antes de cumplir la mayoría de edad, Alejandro Fernández inició una travesía en el desierto que se prolongaría durante casi una década. Una lucha que nunca habría salido a la luz si en el 5.000 del Campeonato de España absoluto de Pamplona en 2012 el orensano no hubiese conquistado el segundo peldaño del pódium. Esa plata escondía muchos sentimientos encontrados. No era una medalla, era un premio al tesón, un reconocimiento a la superación humana tras mucho tiempo en un callejón sin salida.

"Al dejar el deporte perdí el norte. No quería estudiar ni trabajar ni entrenar, sólo salir por la noche. Tuve muchos problemas en casa, hasta tal punto que me abrieron la puerta para que me fuese. Toqué fondo". Así relata Fernández sus años de vida en el alambre. "Cogí más de 10 kilos de peso, no hacía absolutamente nada". Los trabajos físicos tampoco iban con él: "Estuve en un almacén cargando mercancías, también trabajé en una gasolinera. Era muy duro". 

Agua bendita
Aquel ultimátum paterno desembocó en un acuerdo para retomar los estudios. "Llegué de rebote a un ciclo de actividades físicas y deportivas...........

Para seguir leyento este fantástico artículo de Andrés Armero del 27/09/13 en MARCA.COM pincha en en enlace  http://www.marca.com/2013/09/27/atletismo/1380281829.html?a=22c1760a7f99fe3b559df39e38b8f687&t=1380324220

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